martes, diciembre 05, 2006

Cáncer de cuello uterino: Vacuna o Papanicolaou ¿?

La infección por el Virus del Papiloma Humano (PVH) es una enfermedad de transmisión sexual, tan frecuente como la infección por el virus del herpes de los labios o como la infección por Helicobacter Pylori del estómago. Más del 50 por ciento de mujeres mayores de 20 años tienen el virus en forma de una infección que no produce síntomas y que en la mayoría de los casos cura espontáneamente. Tres o cuatro de las 100 cepas de PVH, pueden producir mutaciones cancerígenas en las células infectadas del cuello uterino, cuando esta infección persiste por periodos tan prolongados como 10 a 15 años.



Estos virus, específicamente los ácidos nucleicos de estos virus, pueden ser capturados y analizados en el laboratorio. En otras palabras, PVH puede diagnosticarse mediante el análisis de una muestra de secreción vaginal recogida de manera similar a la muestra que se toma para el test de Papanicolaou. La existencia de infección por las cepas oncogénicas de PVH en una paciente que tiene test de Papanicolou positivo aumenta la sensibilidad del test para lesiones pre-malignas. Y al contrario un resultado negativo para PVH identifica a las mujeres cuya citología retornará a la normalidad espontáneamente alejando el diagnóstico de cáncer.



El test de Papanicolaou detecta las lesiones producidas por el PVH en las células del epitelio del cuello uterino. Estas alteraciones pueden ser leves, moderadas o severas; estas últimas deben ser vigiladas porque pueden ser la señal de la existencia de una lesión precancerosa en el cuello uterino. Esta lesión precancerosa es usualmente pequeña y superficial y puede ser curada en el 100 por ciento de los casos. En el Perú hay 4 y ½ millones de mujeres en edad de riesgo para cáncer de cuello uterino, la mitad de ellas en alto riesgo por venir de los sectores desprotegidos de nuestra sociedad y todas ellas tienen ya infección por el PVH.



El cáncer de cuello uterino sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer de la mujer peruana, no porque no haya habido vacuna contra el PVH, sino porque en el Perú, como en otros países del tercer mundo los programas de detección con el test de Papanicolaou o no se han implementado o se han aplicado mal. En los países desarrollados el cáncer de cervix era tan frecuente como en el nuestro, pero ha casi desaparecido gracias a estos programas de despistaje, demostrando la eficiencia del método.



El número de niñas peruanas que tendrían que ser protegidas del PVH por medio de la vacuna es de 3 y ½ millones y esta inversión millonaria las protegería de una infección que podría generar una lesión precursora de cáncer después de un periodo de incubación de 20 a 30 años, lesión que si no fuera detectada a tiempo podría devenir en cáncer invasor. Este avance tan importante de la ciencia, tiene sin duda su lugar y su momento. Pero lo que no debemos, es dejar que desvíe nuestra atención de la tarea nacional pendiente de proteger a los miles de mujeres pobres, ya infectadas por el virus, y ahora portadoras de una lesión precancerosa que va a progresar a cáncer invasor a menos que sea curada a tiempo.



Lima, 4 de diciembre del 2006





Dr. Andrés Solidoro Santisteban



CMP 00008 / RNE 00002

Director Medico – Oncólogo Clínico

Instituto Oncológico de Lima

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